África es uno de los continentes que
hasta hoy no ha sido capaz de generar su proprio crecimiento, sufre grave
dificultades para atraer flujos económicos, su falta de infraestructura y las
diversas enfermedades dificultan el turismo, su precaria situación económica y
política le resta atractivo para la inversión extranjera.
El acceso a los mercados
internacionales está muy limitado por las prácticas proteccionistas de los
países desarrollados, que impiden realizar inversiones para exportar algo más
que materia prima. De otro lado, las remesas de los emigrantes es uno de los
medios más eficaces para alcanzar el primer objetivo de milenio, la reducción
de la pobreza (reducir a la mitad el número de personas que sufren de hambre),
porque se tratan de flujos sin contrapartida, que se intensifican aún más si el
país de destino atraviesa una situación de crisis aguda, una crisis que se
cronifica.
El Grupo de base tecnológica, Consulcom, ha recibido el agradecimiento del proyecto “Niños de la Calle” de Benin, por su colaboración en la recogida de alimentos para los menores protegidos que acoge el proyecto “Hogar Don Bosco” en Porto Novo.
Desde el inicio
de la crisis económica, el equipo de Consulcom colabora en campañas anuales que
sustentan a los niños acogidos en los centros de protección del país africano, uno de los grandes olvidados de África, además de conceder aportaciones a la entidad
salesiana.
Este año, la
campaña ha conseguido reunir, sólo desde Huelva, más de 29 toneladas para el sustento de los niños abandonados o
explotados de Benin que, alberga el proyecto del misionero onubense, Juan José
Gómez Serrano, en África.
Cooperación con África
Más
de un centenar de cooperantes y voluntarios españoles, entre ellos, los del
equipo de Consulcom, apoyan el proyecto salesiano desde sus lugares de origen.
En
la República de Benin, situada al norte del Golfo de Guinea, la esperanza de
vida ronda una media de 53 años, el 50% de sus 9 millones de habitantes, vive
por debajo del índice de la extrema pobreza y la situación de la infancia es
tan alarmante que ha llevado a las Naciones Unidas a incluir como uno de los
ocho Objetivos del
Milenio la reducción de la mortalidad infantil (menos de 5 años) en dos
terceras partes entre 1990 y 2015.
Ya
en 1.995, la comunidad salesiana advirtió de estas circunstancias y abrió en
noviembre, auspiciado por UNICEF, una casa de acogida para los “Niños de la
Calle” en Benin, justo en un lugar conocido por la afluencia de menores al
atardecer como respuesta a los problemas de estos niños.
Las
fases que conforman el global del proyecto Don Bosco y, que este año, ha calado
en millares de menores de la capital de Benin, Porto Novo y alrededores,
incluye, en primera instancia, los centros abiertos, conocidos como “barracas”,
que los educadores de calle del territorio, ofrecen diariamente, a unos 200 de
niños explotados o abandonados que deambulan por los mercados de las
localidades de Porto Novo, Cotonou o Sémé; ésta última, en la frontera con
Nigeria.
Allí,
un equipo de profesionales presta atención individualizada a los menores y una
alternativa a la explotación o al abandono con actividades formativas y
lúdicas, en tanto, se conocen y se trabajan las circunstancias familiares o del
menor con el fin de encontrar su bienestar.
Si
la situación del pequeño es de peso, se tramita conforme a Ley, el acogimiento
en el “Hogar Don Bosco” de Porto Novo con vistas a una reagrupación familiar o
no, cuando las circunstancias lo permitan.
En
este recurso, monitores, cooperantes y colaboradores dan a los niños acogidos
las herramientas básicas de socialización de higiene personal o de
alfabetización además de comida y alojamiento.
Si
la situación del pequeño persiste y no conviene la unificación familiar; el
proyecto salesiano cuenta en Porto Novo con el centro de protección “Magone” de
larga estancia y orientado a la formación y a la inserción laboral.
A
este respecto, el centro “Magone” dispone de un centro de Formación Profesional
y en el que se están formando 71 adolescentes en talleres como el de mecánica,
carpintería o soldadura; entre otros, además de la granja y piscifactoría de
Sakété que forma a 32 jóvenes en materia agropecuaria.
En
la actualidad, el proyecto, dirigido por el misionero, Juan José Gómez Serrano,
acoge a un total de 361 niños, desde los 7 hasta los 18 años, de los que 239,
han conseguido la reagrupación con sus familias biológicas “gracias al trabajo
y al esfuerzo de todo el equipo”.
De
la primera cifra (361), el 36% corresponde a niños de la calle, el 31% a
menores víctimas del maltrato en todas sus modalidades y menores que, en su
mayoría por robo, cumplen en el centro medidas alternativas a la prisión.
Datos Benin:
Ø La esperanza de
vida ronda una media de 53 años, el 50% de sus 9 millones de habitantes, vive
por debajo del índice de la extrema pobreza
Ø 10% de mortalidad
infantil en menores benineses hasta los 5 años y; a un 2% de niños víctimas.
Ø Unos 200 de niños
explotados o abandonados que deambulan por los mercados de las localidades de
Porto Novo, Cotonou o Seme; ésta última, en la frontera con Nigeria.
Ø 71 adolescentes
están en el centro Garelli de Formación Profesional;
Ø De los 361 menores
acogidos, el 36% corresponde a niños de la calle, el 31% a menores víctimas del
maltrato en todas sus modalidades y menores que, en su mayoría por robo,
cumplen en el centro medidas alternativas a la prisión.
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